Los humanos son arriesgados
Los humanos son el principal riesgo en Internet, principalmente por su susceptibilidad a la manipulación y al error. Los ataques de ingeniería social, como el phishing, se basan en engañar a las personas para que revelen información sensible o hagan clic en enlaces maliciosos. A pesar de las salvaguardas tecnológicas, el comportamiento humano a menudo elude estas defensas, ya sea mediante contraseñas débiles, el intercambio accidental de datos o cayendo en estafas. La inmensidad y el anonimato de Internet facilitan a los atacantes explotar la confianza y la curiosidad, convirtiendo a los usuarios cotidianos en partícipes involuntarios de las ciberamenazas.
Otro factor importante es el mal uso intencionado de la tecnología por parte de los individuos. Los piratas informáticos, los ciberdelincuentes e incluso las personas con acceso privilegiado pueden explotar los sistemas en beneficio propio, por sabotaje o por motivos ideológicos. Estos actores suelen utilizar técnicas sofisticadas para violar las redes, robar datos o interrumpir los servicios. Además, el auge de las campañas de desinformación y desinformación -a menudo impulsadas por agendas humanas- puede desestabilizar las sociedades, influir en las elecciones e incitar a los conflictos. Internet amplifica estos riesgos al permitir la difusión rápida y global de contenidos nocivos.
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